Historia

La leyenda dice que fue fundada por un descendiente de Noé, el rey Idubeda. Del mítico torreón de Ibiut deriva el nombre de la ciudad. 
Si nos restringimos a la arqueología, los primeros asentamientos en Úbeda se remontan a la Edad del Cobre, en el actual Cerro del Alcázar.

Origen
Aunque existen restos visigodos y tardorromanos, posiblemente con anterioridad ya había varios núcleos de localidad autóctonos dependientes de la colonia romana de Salaria, 'Úbeda la Vieja'. Bajo el imperio romano es conocida también por el nombre de «Bétula» por su ubicación cerca del Guadalquivir, «Bethis», La ciudad como entidad con una cierta importancia aparece con la llegada de los árabes, en particular con Abderramán II, quien la funda con el nombre de Madinat Ubbadat Al-Arab (Úbeda de los Árabes).

Tierra de frontera
Reconquistada por Alfonso VIII tras la batalla de las Navas de Tolosa, es perdida al poco tiempo. 
Entretanto la ciudad es saqueada y arrasada en varias ocasiones. 
En el año 1234 Úbeda es definitivamente conquistada por Fernando III, convirtiéndose en ciudad realenga y titular de un arciprestazgo. 


Factor decisivo en este período es su importante valor geoestratégico. 
Durante casi tres siglos fue localidad fronteriza, primero de avanzada y luego muy cercana a la frontera entre los reinos de Granada y Castilla. 
Este hecho determina que los sucesivos reyes castellanos le otorguen numerosos privilegios y concesiones, como el fuero de Cuenca, para favorecer la fijación de una localidad formada por castellanos y leoneses que permanezca frente a circunstancias de vida adversa, en zona fronteriza.

Este cúmulo de factores (situación geográfica y consiguiente dominio de vías de comunicación, su extensa y rica jurisdicción y presencia de una nobleza cada vez más poderosa) sentó las bases a lo largo del S. XIV y XV del esplendor de la Úbeda del S. XVI. 
Un hecho destacable es que la toma de Úbeda se realizó mediante capitulación, posibilitando la coexistencia de distintas etnias que formaban una localidad de varias culturas (árabe, judía y cristiana). 


Durante más de dos siglos participa activamente en la lucha contra los musulmanes, gozando de amplia autonomía en su gobierno local, regido por el Concejo. Episodios como el de 1368, en el que la ciudad es asolada con motivo de la guerra civil entre Pedro I de Castilla y Enrique II de Trastámara, avivó la rivalidad entre los bandos locales, que dieron lugar a que, a semejanza de lo ocurrido en Baeza, las murallas y torres del Alcázar fuesen demolidas en 1506 por orden real.

Esplendor
Al finalizar la conquista de Granada, asistimos a un desarrollo económico basado en la agricultura, que fundamenta el periodo de mayor esplendor de la ciudad, siendo muy importante la roturación de bosques y puesta en valor de nuevas tierras. La paz y el desarrollo económico lleva consigo un aumento demográfico, alcanzando la ciudad una localidad de 18.000 habitantes, siendo una de las más populosas de toda España. 


Sus nobles encuentran acomodo en altos cargos de la administración imperial. Especialmente destacable es el papel de Francisco de los Cobos, secretario del Emperador Carlos I. 

Con él entra el gusto por el arte en Úbeda y de manos del arquitecto Andrés de Vandelvira y sus seguidores, Úbeda se llena de palacios.
 Su sobrino, Juan Vázquez de Molina, miembro del secretariado de Carlos I y de su hijo, Felipe II, continúa lo iniciado.

Declive:
Los siglos XVII y XVIII son de decadencia para la ciudad que ve como su pasado esplendor se apaga. 
Algunas fechas de los desastres que asolaron la ciudad en esta etapa fueron las pestes de 1681 y el terremoto de Lisboa de 1755, que quebranta bastantes casas de la ciudad. 

Posteriormente, con la guerra de la independencia 
española, en la que los franceses permanecen entre 1810 y 1813 en la ciudad, se ocasionan grandes perjuicios económicos, no volviendo a recuperarse hasta finales del S. XIX, experimentando un pequeño resurgir con la mejora en avances técnicos, que llegan con retraso a la ciudad, que sigue siendo un medio rural no afectado apenas por la revolución industrial. 


A finales del XIX la burguesía ubetense hace renacer la ciudad gracias a la agricultura, la industria y los servicios, alcanzando el lugar actual como cabecera de la comarca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario